A lo largo del siglo XIX, en Ancud, ciudad del sur de Chile, se sucedieron una serie de incendios, siendo uno de los más recordados el de 1859 que consumió alrededor de 10 manzanas, en las cuales se encontraban los edificios más importantes de la ciudad “Tengo el profundo pesar de poner en conocimiento de UD. que en la noche del 24 al 25 de mayo del corriente ha sido consumida la mayor parte de los edificios de esta ciudad por un voraz i espantoso incendio” (Archivo Nacional Histórico, Intendencia de Chiloé).
Fue tal el impacto de este incendio y de los que lo precedieron, que el cuerpo de bomberos de la ciudad comenzó una serie de acciones en pos de contar con mejores herramientas de trabajo, por lo cual se decidió encargar una bomba a Estados Unidos, para lo que se solicitan fondos al Estado de Chile “Habiéndo sido autorizado con esta fecha por el directorio de la asociación a fin de dirijirnos a Ues. poniendo en su conocimiento la falta de fondos con que se cuenta para subvenir a la compra y servicio de una bomba, la que ha sido encargada a Estados Unidos, espero que Ues. en virtud de las causales que más abajo espondré (…) Sabido es que este pueblo es víctima de terribles incendios que dejan reducidas a las familias a la mayor indijencia i por consiguiente se hace preciso ponernos a cubierto en cuanto sea posible de este azote de la población. En el transcurso de catorce años hemos experimentado tres incendios, i en cada uno de ellos casi todas las casas i edificios han sido reducidos a cenizas.” (Archivo Nacional Histórico, Intendencia de Chiloé).
A pesar de los esfuerzos del cuerpo de bomberos de Ancud, que como vimos había comenzado con un trabajo para mejorar sus labores, nada pudo hacer el 15 de febrero de 1879. Durante la madrugada, en una caballeriza ubicada en la calle del comercio, se inició el peor incendio de la historia de la ciudad y una de las peores catástrofes del siglo XIX chileno.
A las tres y cuarto de la madrugada y hasta las siete y cuarto aproximadamente, la ciudad se vio envuelta en llamas, quemándose 102 casas y gran parte de los edificios públicos “Aterroriza y entristece ver la parte más bella e importante de la ciudad convertida en escombros humeantes, y reducidos a cenizas más de cien edificios que la formaban, entre ellos el de la aduana, tesorería, los de la plaza de abastos, liceo, palacio y oratorio episcopal, seminario conciliar, catedral, cuartel de bombas y cuartel de policía. Cuatro horas bastaron para que el voraz y terrible fuego hiciera tantos y tan deplorables estragos” (El Mercurio de Valparaíso, 1879).
En cuanto al inicio del siniestro, se presume que este fue provocado intencionalmente, puesto que la caballeriza donde principio estaba a esas horas inhabitado, por lo que en los días posteriores se capturó a algunos sospechosos “hai en la cárcel varios individuos que se suponen autores del incendio de esta ciudad. Se hacen las averiguaciones a ese respecto por el señor juez letrado que toma interés bastante en el asunto.” (El Mercurio de Valparaíso, 1879).
Además de las consecuencias destructivas que tuvo este incendio, se produjeron otras con el correr de los días, como por ejemplo la edificación de casuchas para la instalación del comercio que se había perdido completamente, “Comienzan a edificarse en la parte incendiada de la población pequeñas casuchas con el objeto de destinarlas para negocio. Así como va, parece que en un mes habrá los […] cincuenta de esas casitas.” (El Mercurio de Valparaíso, 1879).
Asimismo, aumentó el arriendo de las casas, ante la gran cantidad de damnificados que quedaron en la calle, “El arriendo de las casas ha subido considerablemente, y las pocas que han quedado están todas ocupadas i hay muchas familias que se hallan reducidas a solo dos o tres piezas.” (Diario EL Liberal, 1879).
Finalmente, como se mencionó anteriormente, frente a los constantes incendios que sufría la ciudad, el cuerpo de bomberos en reiteradas ocasiones intentó mejorar sus condiciones de trabajo, a través de peticiones de subvención al Estado de Chile, pero en el momento del incendio de 1879 el cuerpo de bomberos de Ancud se encontraba en receso, y su nueva formación se esperaba recién para el día 15 de mayo del mismo año “El cuerpo de bomberos estaba en receso en Ancud cuando estalló el gran incendio. El domingo anterior al día del incendio se habían reunido varios vecinos, convocados por el intendente de la provincia, pero habían acordado diferir la organización del cuerpo para el 15 de mayo. Antes de esa fecha vino el incendio a advertirles que era una imprudencia la que habían cometido.” (El Mercurio de Valparaíso, 1879). Lamentablemente para los bomberos, ese día, entre los edificios consumidos por el fuego, se encontraba el que los albergó a ellos durante años.
Este fue el incendio de Ancud de 1879, el que consumió alrededor de 20 manzanas, el doble de las que habían sido destruidas en 1859, en el que hasta la fecha había sido la peor catástrofe vivida por la ciudad, pero el destino tenía preparada otra prueba más para esta pequeña localidad del sur de nuestro país.
Por Pablo Moya
Descargar Documento de Solicitud para bombas de agua de Bomberos, 1860