El 10 de noviembre de 1922 a las 23:54 de la noche, se sintió un fuerte terremoto en el norte de Chile que afectó principalmente a la provincia de Atacama, La Serena y otras localidades como Santiago, donde el movimiento se dejó sentir con gran intensidad. Es aquí donde con gran dificultad comenzaron a llegar las primeras noticias del evento sísmico:
“Minutos antes de la media noche de ayer, la ciudad fue sacudida por un movimiento sísmico que produjo gran alarma entre los habitantes quienes a esa hora se hallaban en su mayor parte durmiendo… Tratamos de comunicarnos con las oficinas telegráficas situadas más hacia el norte y solo recogimos la noticia de haberse producido un violento sacudón… De La Serena un lacónico telegrama recibido a la media noche anunciaba que en esos momentos se dejaba sentir un fuerte temblor fenómeno que adquiría las proporciones de un terremoto, pues comenzaban a caer algunas murallas” (El Mercurio, 11 noviembre de 1922).
Con el pasar de las horas se fue confirmando que en la provincia de Atacama el sismo había sido un terremoto que, en diferentes puertos de la región, hizo que el mar se desbordara, generando grandes daños:
“Antofagasta.- A la una y media de la madrugada de hoy se produjo una salida de mar. Fue una ola gigantesca que avanzó con fuerza más o menos una cuadra arrasando parte de las poblaciones obreras de pescadores… El mar destrozó embarcaciones ligeras llevándolas contra los edificios y las rocas… La población comienza a alarmarse. A las 2 de la mañana encuentrasé las aguas rozando la punta del muelle de pasajeros. … Las embarcaciones están sobre la arena… Las aguas han subido un metro y medio. La gente que vive en las orillas de la playa pernocta en las calles de la ciudad.” (El Mercurio, 11 noviembre de 1922).
Desde Coquimbo también se informaba que el paso del terremoto había dejado destrozas consecuencias,
“El puerto de Coquimbo, mirado desde a bordo, da una idea de general desolación. Todos los edificios adyacentes al mal se presentan agrietados, destruidos, derrumbados o con señales de haber sufrido las consecuencias del maremoto” El Mercurio de Valparaíso, 16 de noviembre de 1922)
Dos de las comunas más afectadas fueron Copiapó y Vallenar, en donde el evento sísmico dejó miles de damnificados y gran cantidad de personas fallecidas:
“A las 11:50 de la noche del viernes último sobrevino un terremoto de magnitudes nunca vistas, que demolió totalmente la mitad de los edificios y dejo inhabitables el resto, el Hospital, la Cárcel y el Juzgado quedaron destruidos en condiciones de no podérseles habitar… El terremoto ha desenterrado enorme cantidad de cadáveres sepultos en el Cementerio General, destrozando bóvedas, echando por tierra los monumentos, destruyendo los edificios de la entrada y las murallas circundantes y aun abriendo los ataúdes.” (El Mercurio, 13 de noviembre de 1922)
Ante la magnitud de la catástrofe el Presidente de la época, Arturo Alessandri Palma, se trasladó al norte para conocer en persona la situación de diferentes comunas, y desde Caldera envió el siguiente telegrama al Palacio de la Moneda, luego de visitar Chañaral,
“La situación de Chañaral es realmente pavorosa. Hemos recorrido doce cuadras de ruina y desolación absolutas, pisando sobre escombros.” (El Mercurio, 18 de noviembre de 1922)
Finalizada su gira por el norte del país, el presidente Alessandri entregó las siguientes declaraciones:
“Jamás habría podido imaginarme las dolorosas proporciones de la reciente catástrofe, y nunca sospeche que ellas alcanzarían las proyecciones que en realidad tiene el terremoto. Vengo con el espíritu profundamente acongojado por esta inmensa desgracia y por tantas y tantas calamidades” (El Mercurio, 22 de noviembre de 1922)
Además de la ayuda oficial que venía por cuenta del gobierno, también se iniciaron por parte de particulares una serie de campañas para ayudar a los damnificados, y así mismo se recibió gran cantidad de ayuda desde el extranjero.
Con el correr de los días se dio a conocer información más precisa en cuanto al alcance del fenómeno sísmico que afectó el norte de nuestro país. Por ejemplo, se estableció que no solo fue percibido en Chile sino que también en Buenos Aires y Mendoza. Fue registrado por estaciones sismológicas de Bélgica, Italia, España, Brasil, Grecia, Argelia, Egipto y Argentina.
El saldo total de fallecidos fue de 840 personas, de las cuales al menos quinientas pertenecían a la comuna de Vallenar, ciudad que quedó casi en su totalidad destruida, al igual que otras comunas. (Urrutia, Rosa; Lanza, Carlos: Catástrofes en Chile 1541 – 1992. Editorial La Noria, 1993).
Por Pablo Moya y Jonathan Segovia
Fuente texto: Boletín “Vallenar, De Villa a Ciudad Educadora”, Ilustre Municipalidad de Vallenar.