Angol y Lumaco bajo el agua

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Angol y Lumaco bajo el agua

Durante el invierno del año 1904, el sur de Chile fue azotado por intensas lluvias que provocaron grandes daños. Dos de las comunas más fuertemente afectadas fueron Angol y Lumaco.

Angol fue fundada luego de varios intentos por el Coronel del Ejército Jaime Antonio Morales Bustos el 7 de diciembre de 1862 y es la capital de la Provincia de Malleco en la región de la Araucanía. Sufrió principalmente daños en la estructura de su liceo, donde murallas cedieron ante la humedad, y gran parte del mobiliario y materiales destinados a la enseñanza de los estudiantes quedaron destruidos por el agua o arrastrados por ella, tal como se cuenta en el siguiente extracto de un acta de la Intendencia de Malleco, del 9 de julio de 1904,

“Paso a comunicar a UD. las pérdidas sufridas por el establecimiento de mi cargo en la inundación que tuvo lugar en la noche del 3 al 4 del presente, i que ya tuve el honor de poner verbalmente en su conocimiento.

Como durante el día domingo 3, el rio creciera rápidamente sin que la lluvia cesara, el infrascrito empezó a temer que el río llegara hasta el Liceo, i en la tarde de ese día se procedió a poner en salvo todo el material de enseñanza i mobiliario que pudiera sufrir con el agua, levantándolo a una altura superior a un metro veinte centímetros, sobre bancos de madera (…)

A las ½ de la mañana del 4, el agua obligaba al infrascrito i familia i algunos profesores del establecimiento a abandonar la parte más allá del edificio, ya totalmente cubierto por las aguas (…) i a las 3 de la mañana se derrumbó todo el costado sur del Liceo, que era ocupado por los cursos preparatorios i por dos salas en que se guardaban muebles. Al amanecer se pudo observar que el agua llegaba ya a una altura de un metro cuarenta centímetros, medida sobre las murallas. Con trabajo se pudo estraer de la oficina de la Rectoría el archivo del Liceo, sin que fuera ya posible pensar en el salvamento de la Biblioteca i Gabinetes, pues el agua seguía subiendo i nadie se atrevia a entrar en las piedras, tanto por la profundidad que alcanzaba el agua, como porque ya empezaban a derrumbarse las paredes interiores del costado norte, todas de adobes.

El temporal que continuaba con fuerza extraordinaria, hubo aumentar más la crece, que llegó a su máximum en la noche del lunes 4, alcanzando dentro del Liceo a una altura de mas de dos metros. Por esta causa se reblandecieron las murallas de la casa habitación del infrascrito, que tenían también muralla de adobes (…) En consecuencia en la mañana del martes se derrumbaba íntegra aplastando todo el mobiliario particular del infrascrito, que había sido puesto a salvo, levantándolo sobre bancos lo mismo que el del Liceo.

El Liceo continuó bajo el agua durante los días martes y miércoles, no siendo posible por tanto penetrar en él hasta la mañana del jueves. Sólo entonces se vió de una manera mas precisa las proporciones de los deterioros del edificio i lo cuantiosos de las pérdidas del mobiliario y material de enseñanza.

El edificio que formaba un rectángulo, ha perdido dos de sus costados: el sur, ocupado por los cursos preparatorios y por dos salas en que se guardaba mobiliario sobrante i el que necesitaba reparaciones, i el costado oriente, que servía de casa habitación al infrascrito.

Ambos son hoi un monton uniforme de escombros i solo podrá utilizarse de ellos la madera i tablas, pues las murallas han desaparecido materialmente desechas.

En cuanto al material de enseñanza i al mobiliario, tanto escolar como de oficinas, me es particularmente doloroso comunicar a UD. las mas sensibles pérdidas.

Poseia el Liceo de mi cargo una Biblioteca de cerca de dos mil volúmenes empastados i mil a la rústica, aparte de las colecciones de diarios i revistas i de numerosos folletos i publicaciones oficiales.

La biblioteca estaba instalada en una sala espaciosa i elegante con sólida estantería i con mesas de lectura para comodidad del público. Todo este valioso bagaje intelectual, que representa el esfuerzo paciente de diez y siete años, que era orgullo del Liceo i del pueblo de Angol, ha desaparecido en unas cuantas horas. A pesar de estar sólidamente afianzados en las paredes, los estantes, cubiertos por el agua hasta más de la mitad de su altura, se levantaron volcándose i arrojando al agua los libros i las colecciones de mapas que han permanecido casi tres días en el agua, i de las cuales mui poco podrá aprovecharse (…)

Los gabinetes de Física, Química, Historia Natural sufrieron también considerables deterioros, sobre todo el último, que pierde valiosas series de láminas para la enseñanza de la Zoología, Botánica i cuadros murales de anatomía humana.

En cuanto al mobiliario escolar, el de cursos preparatorios permanece todavía bajo los escombros, de modo que no se puede por el momento precisar hasta que punto ha sido destrozado, pero es lójico suponer que haya sido casi destruido. Los bancos, pizarras, mesas i sillas de las demás salas han sufrido sólo los deterioros consiguientes a tres días de inundación. Se ha salvado pues todo el mobiliario de los cursos de Humanidades i los bancos de la sala especial de clases de Ciencias Físicas i Naturales (…)

En resumen puede afirmarse que el edificio del Liceo ha sufrido deterioros de tal magnitud, que para quedar de nuevo apto para servir de local al establecimiento de mi cargo, sería necesario efectuar en él reparaciones que casi importarían una completa reconstrucción.” (Intendencia de Malleco, Archivo Nacional de Chile).

Si bien la lluvia en Angol se extendió solo por dos días, 3 y 4 de julio, la intensidad fue tal que los perjuicios ocasionados, relatados en la anterior acta de la Intendencia, fueron desastrosos.

En Lumaco la situación fue similar. También fueron dos días de intensas lluvias, el 4 y 5 de julio el agua destrozó todo lo que encontró a su paso dejando a varias familias damnificadas.

“Lumaco julio 12 de 1904.

Como U.D. ya tiene conocimiento de los estragos ocasionados por la última inundación de 4 y 5 del corriente casi la totalidad de los habitantes de esta población han quedado reducidos a un estado de miseria bastante conmovedor.

Las pérdidas son jenerales en alimentos, vestuarios y habitaciones las que han quedado en estado de completa destrucción (…) pues adonde quiera que la vista se dirija solo se ven restos y despojos que el elemento destructor ha arrastrado en distintas direcciones por las calles y sitios que se encuentran pobladas de objetos destruidos, tablas, puertas, ventanas, mostradores o armazones (…) Desgracia de tan grandes proporciones nunca fue esperada.”

Ante tal desgraciada situación, el gobierno realizó una serie de donaciones para ayudar a los damnificados:

“Angol, 20 de julio de 1904.

El Gobernador de Traiguén, en oficio N° 149de 15 del actual mes dice:

“He girado por dos mil pesos para socorrer a los damnificados por el último temporal. De éstos, mil doscientos se han repartido en este pueblo y ochocientos en Lumaco. En este último pueblo son tan grandes los perjuicios que se hace nada la cantidad destinada para aliviar tanta miseria producida.” (Intendencia de Malleco, Archivo Nacional de Chile).

Finalmente, el temporal que azotó el sur de Chile se trasladó a la zona central donde ocasionó grandes pérdidas, principalmente, en la ciudad de Valparaíso. A diferencia de lo que ocurrió en Angol y Lumaco, en el puerto principal las lluvias se prolongaron por 12 días, provocando que los esteros Las Delicias, San Francisco y Hospital colapsaran, provocando que las calles cercanas parecieran verdaderos ríos (Urrutia, Rosa; Lanza, Carlos: Catástrofes en Chile 1541 – 1992. Editorial La Noria, 1993.)

Por Pablo Moya

Documentos asociados:

Situacion de Lumaco y lista de damnificados
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damnificados Angol