Un aporte a la catástrofe del sur

Catástrofes del Hoy
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Un aporte a la catástrofe del sur

La catástrofe del sur: el megaterremoto de Arica de 1868 a través de sus noticias y grabados es un breve libro de Pablo Moya, profesor de historia y Alfredo Palacios, historiador, que rescata importantes e inéditas fuentes documentales sobre el fuerte temblor que sacudió el norte de Chile en 1868 y el posterior tsunami que se extendió prácticamente por toda la costa del país. Esta recopilación histórica busca dar cuenta de las consecuencias que una catástrofe natural de esta magnitud puede llegar a adquirir en una ciudad como Arica, esa “bonita ciudad marítima”[1], y de qué manera sus habitantes vivieron y enfrentaron el desastre. La investigación y fuentes documentales que recoge el libro permiten una aproximación profunda y a la vez familiar a cualquier lector interesado, pues da cuenta de un fenómeno sísmico recurrente en el cordón de fuego del Pacífico y, sobre todo, porque transmite las impresiones, pérdidas y esperanzas de una sociedad.

En una primera parte, los autores realizan un sucinto recorrido por distintos sismos y terremotos que, desde el siglo XVI, han afectado a la ciudad nortina. De este modo, el lector puede caer en la cuenta de que este tipo de desastres nunca han sido ajenos a la sociedad ariqueña, por el contrario, tan solo 30 años antes del terremoto en cuestión, los habitantes de Arica tuvieron que hacer frente a la ardua tarea de reconstrucción de su ciudad debido a un fuerte sismo que destrozó algunos de sus emplazamientos urbanos más relevantes. Y apenas 10 años después de la catástrofe ocurrida en 1868, nuevamente la ciudad se vio enfrentada a un terremoto de gran magnitud. Esta reproducción de los más importantes eventos sísmicos ocurridos en Arica desde el siglo XVI hasta fines del XIX efectivamente contribuye a “conservar y reforzar la memoria de este evento, no solo con el fin de recordar sus negativas consecuencias, sino que también con el propósito de aportar al desarrollo de una adecuada cultura sísmica en la región”.[2]

El grueso de la investigación lo constituye la transcripción de numerosas cartas y documentos, que se transforman en una puerta de acceso para que el lector palpe, por sí mismo, los niveles de vulnerabilidad y devastación que produjo el terremoto y que, para cualquier habitante de Chile, no resultan desconocidos. Por el contrario, los contemporáneos que vivieron la catástrofe de 1868 expresan sus miedos, pérdidas y confusiones de un modo tal que, incluso cuando ya se han cumplido 150 años desde la tragedia, siguen resonando. En las cartas y documentos se mencionan las pérdidas humanas, materiales y se transmiten sensaciones como el desamparo y la esperanza. Todo lo cual va complementado con la inclusión de numerosos grabados que se publicaron en distintos diarios internacionales y que profundizan aún más en la reconstrucción tanto del terremoto, como de los incendios y el tsunami que aquel ocasionó. Por último, el libro también incluye, en los anexos, documentos que describen cómo se vivió la catástrofe en ciudades como Pisagua, Copiapó, Constitución y Ancud, entre otras, intentando dar cuenta de las consecuencias provocadas por este fenómeno natural, que se extendieron por gran parte del territorio peruano y chileno.

La catástrofe del sur es una breve pero completa investigación en torno a las consecuencias de un desastre natural de la que ya se han conmemorado 150 años, pero mantiene su vigencia en la medida en que una adecuada cultura sísmica sigue siendo relevante para una mejor comprensión de nuestra historia y de nuestra sociedad. 

Por María de los Ángeles Viveros


[1]p.26
[2]p. 13