La sepultura de buques y capitales

Catástrofes del Hoy
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La sepultura de buques y capitales

Escondida en el volumen veinticinco del fondo Salvador Trucios resguardado en el Archivo Nacional de Chile, se encuentra la carta del autor inglés, Thomas Sutcliffe[1], escrita con apuro, bastante ininteligible pues sus trazos son difíciles y desordenados. En ella comunicaba, con sensación de tragedia, a su amigo William De Putron[2], otro inglés que se avecindó en Santiago, que el día 23 de octubre de 1836 ocurrió una gran desgracia en la costa de Valparaíso: un viento extremadamente fuerte destruyó una gran cantidad de barcos, dejando otros cuantos varados, y unas doce a catorce lanchas en deplorable estado. Detallaba en el escrito que él pudo observar, de ocho buques que se encontraban en la costa, al menos cuatro quedaron inservibles y el resto “in a shocking state”. Según su cuenta, tres o cuatro personas perdieron la vida y, por su puesto “a great deal of property” quedó inutilizable después de la ventolera.

En la misma carta, Sutcliffe describe el accidente que sufrió la señora Cope quien iba camino a reunirse con su esposo, el Cónsul británico en Guayaquil, Walter Cope, que por culpa del temporal de viento hubo que sacarla de uno de los infortunados barcos, junto a su criada, la que se encontraba “half dead.” Es así como la descripción de la ventolera vivida en el puerto, se hace más cruenta con la lista de las embarcaciones siniestradas.

El temporal del 36 en Valparaíso también fue descrito en 1901 por Francisco Vidal Gormaz en su libro “Naufragios ocurridos en las costas de Chile”[3]:

«Al amanecer del 23 de octubre de 1836, comenzó en Valparaíso a soplar un viento norte, aumentando gradualmente su fuerza, de manera que a las 9 h. 30 m. a. m. el tiempo era de temporal, con mar mui ajitada, ocasionando en la rada muchas averias en las naves surtas en ella, i los naufragios siguientes (…)»

Vidal Gormaz, da cuenta del nivel de desastre a través del registro de las naves averiadas:

    • Cinco de Abril: Bergantín chileno que tenía a bordo un cargamento de madera. Su casco y carga quedaron totalmente destruidos, cuando quedó varada frente la Iglesia de la Merced a eso de las 9.30 de la mañana.
    • Guillermo Byrne: Fragata norteamericana, quedó varada por frente al cerro Bellavista a las 11 am aproximadamente, quedando completamente destrozada y su cargamento – que iba camino a Guayaquil – como pérdida total. Uno de sus tripulantes murió ahogado.
    • Rosa: Goleta de nacionalidad chilena, quedó varada en la costa a eso de las 2pm. Fue totalmente destrozada por las inmensas y poderosas olas.
    • Sir John Keane: Bergantín-goleta inglesa, encalló en la costa a eso de las 2 de la tarde, quedó inutilizable.
    • Serena: Barco chileno, anclado en la rada de Valparaíso, llevaba un cargamento de madera. Quedó varada en la costa también a las 2 de la tarde, aproximadamente.
    • Independencia: Bergantín-goleta de bandera chilena. Quedó atascada en la costa a eso de las 2 pm.
    • John Echlin: Goleta inglesa que encalló frente a la quebrada del Almendro, quedando totalmente destruida.
    • Feliz Intelijente: Goleta chilena. Fue arrastrada a tierra junto a varias otras naves producto de los fuertes vientos.

Pero, ¿fue el único episodio de este tipo en la bahía? Para nada. Gracias a Alberto Fagalde (que a su vez toma como referencia el estudio de Vidal Gormaz) y su creación “El puerto de Valparaíso y sus obras de mejoramiento”[4] sabemos que hay una lista abultada de incidentes en el puerto.

Es así como entre el 8, 9 y 10 de junio de 1823 se dejaron sentir fuertes vientos en casi toda la costa del país, particularmente en Valparaíso, dejando como consecuencia algunos naufragios. Se contabilizaron 61 buques en la bahía, de los cuales 20 fueron totalmente destruidos en tierra, y los demás quedaron con graves daños. Las bodegas y casas que estaban en la ribera y en el Almendral, sufrieron deterioros y cuantiosas pérdidas. Dos años después, en junio de 1825, hubo otra ventolera, provocando que la fragata Esmeralda se fuera en contra la fragata Independencia y luego sobre la costa, quedando el casco donde hoy se encuentra la plaza Sotomayor.

En el mes de julio de 1839, se vivió otro acontecimiento de ráfagas de viento que hicieron que la fragata Monteagudo encallara en la punta conocida como “Cueva del Chivato”, chocando con el malecón que estaba construyendo Joshua Waddington. Se repite la historia en los años 1840 y 1845, cuando chocaron con la costa la corbeta La Oriental y la barca Capricho.

El año 1851, fue una temporada muy dura por la cantidad de episodios vividos entre junio y agosto dejando, como consecuencia, la destrucción de vapores, pailebotes y bergantines producto de las grandes olas generadas por los fuertes vientos.

Entre 1853 y 1900 el fenómeno de grandes vientos entrando a la bahía desde el norte, se repitió especialmente durante los meses de invierno, causando grandes estragos en las naves ahí estacionadas. Fagalde en su estudio realizó un resumen con los siniestros ocurridos:

Buques averiados por colisiones o golpes de mar 125
Buques arrojados a la playa y despedazados 18
Buques a pique 9
Lanchas perdidas 118
Botes y chalupas perdidas 108

 

 

 

 

 

El investigador contabilizó un total de 378 naves siniestradas y concluyó que “un puerto en que tales siniestros ocurren cada año no merece el nombre de tal. Él es más bien una sepultura de buques y capitales.”[5] Explicaba que la bahía de Valparaíso estaba abierta en su totalidad, por lo que estaba expuesta a todos – o casi todos – los vientos que se generaban cada año durante los meses de junio, julio y agosto, por lo que era necesario y urgente llevar a cabo obras de mejoramiento para que Valparaíso pudiera ser funcional y seguro para cualquier embarcación.

Por Itshel Rabi Mourguet.

 


[1] Archivo Nacional. Fondo Salvador Trucios, volumen 25, foja 206 y 206v.
[2] Rabi Mourguet, Itshel (2006) Un comerciante ingles a través de su correspondencia. Don Guillermo de Putron, 1823 – 1833. En Estudios Coloniales IV. Centro de Estudios Coloniales, Universidad Andres Bello. Pags. 425 – 440.
[3] Vidal Gormaz, Francisco. Algunos naufrajios ocurridos en las costas chilenas desde su descubrimiento hasta nuestros días. Imprenta Elzeviriana. 1901.
[4] Fagalde, Alberto. El Puerto de Valparaíso y sus obras de mejoramiento. Biblioteca fundamentos de la construcción de Chile. Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. 2011
[5] Fagalde Pag. 90

**Imágenes de la bahía de Valparaíso tomadas de www.enterreno.cl y www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl