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Los Servicios sanitarios en el año que termina

Los Servicios sanitarios en el año que termina

Navegando entre algunos archivos y documentos que están accesibles on line, me encontré con la edición del periódico, La Nación del 1 de enero de 1923, que publicaba un resumen del año 1922 en Chile y el mundo. A través de sus 56 páginas pude leer hechos del acontecer nacional, político, económico y social, además de un gran número de propagandas de restaurantes, sastrerías, casas comerciales, boticas, y algunos comunicados de buenas intenciones para el año que se avecinaba.

Es así como por ejemplo en el tema político, el diario daba cuenta de algunos episodios diplomáticos que mantenía Chile con otros países y en lo económico recalcaba la exportación salitrera (1.300,000 toneladas) y los vaivenes económicos de la época, incluyendo el gasto fiscal, el aumento del costo de la vida en un 60 % respecto de 1913 y el aporte de los ferrocarriles del Estado a la normalización financiera y el presupuesto fiscal chileno. También analizaba el problema social obrero, y la diferencia entre el salario y el costo de la vida (con gráficos de los costos de algunos alimentos básicos, como el arroz, la harina y el pan), dando la alerta que de lo critico que era el momento.

Pero el hecho que me llamo profundamente la atención, fue la noticia del Tifus Exantemático que había sufrido Chile en 1922. Aquel año, la población se vio afectada por una epidemia de una enfermedad de larga data, conocida en casi todo el mundo desde hace mucho tiempo, que fue asociada a malas condiciones higiénicas y al hacinamiento de la población.

Los exantemas, coloquialmente conocidos como sarpullidos, son el signo de varias enfermedades infecciosas. En el caso de este tifus exantemático, se manifiestan por una infección causada por la bacteria Rickettsia prowazekii, la que es transmitida a la sangre del enfermo, por el piojo del cuerpo humano. En el desarrollo de la enfermedad, el ser humano presenta cuadros febriles a los pocos días de contraída la bacteria, y si no se realizan los tratamientos adecuados, puede llegar a ser mortal. [1]

Es así como el periódico La Nación resume así la situación de la epidemia y su control en el país:

Los Servicios Sanitarios en el año que termina

El desarrollo de diversas epidemias y sus medidas profilácticas – La labor de la Casa de Limpieza y lo que ella significa para la salubridad del pueblo – El servicio de vacuna y la viruela – Funcionamiento del Desinfectorio Publico – El tifo exantemático y las brigadas sanitarias – Trabajos del Instituto de Higiene – Lo de siempre: falta de fondos – Otros detalles – Con los doctores Corbalán Lemgarejo y Diaz Velasco.

I

La labor de la Dirección General de Sanidad en el año que termina ha sido pesada y abrumadora, debido a los esfuerzos que ha tenido que desplegar para combatir la epidemia, de tifo exantemático que azotó fuertemente no sólo a nuestra capital, sino también, a diversas ciudades y puntos de provincias.

Decimos labor pesada y abrumadora porque es necesario considerar que la Dirección cuenta con reducidos medios para realizarla, lo que impide, en muchos casos, que ella no sea tan eficaz conforme con las ideas del doctor Corbalán Melgarejo, que realmente se interesa porque los servicios de la Dirección sean los más perfeccionados y completos.

II

A mediados del año próximo pasado, mes de mayo, la epidemia de tifo exantemático pudo decirse que estaba casi totalmente terminada. Al instalarse los primeros albergues, se notó inmediatamente que la epidemia recrudeció en forma alarmante. Tanto es así, que en los hospitales de San Luis y del Río, había solo 14 enfermos y de 16 convalecientes, en esa fecha, para ir subiendo gradualmente día a día, y, al terminar el año, había en los hospitales una existencia de 102 enfermos y 28 convalecientes.

Higiene y salud pública en Chile (1870-1910) www.memoriachilena.cl

En vista de la fuerza que tomaba la epidemia, la Dirección General ordenó, entonces, un servicio extraordinario de profilaxis a los conventillos, habitaciones, etc., donde hubiere aglomeración de gentes desaseadas.

Las Brigadas Sanitarias durante el año 1922, han practicado 1.665 visitas a focos infectados o sospechosos y mandaron hospitalizar 305 enfermos. Igualmente, condujeron a la Casa de Limpieza, 5.762 personas; desinfectaron 1.184 habitaciones y llevaron al Desinfectorio Público para su desinfección, 4.238 piezas de ropas.

La Casa de Limpieza hizo profilaxis a 11.536 hombres, 8.896 mujeres y 8.667 niños, haciendo un total de 29.099 personas. Se desinfectaron 74.446 piezas de ropas pertenecientes a las gentes que recibió aseo. En la Sección de Detenidos, la brigada de la Dirección General hizo profilaxis a 26.586 hombres y 4.250 mujeres, que hacen un total de 30.836 detenidos. Asimismo, se hicieron 2.859 inoculaciones antivariólicas y fueron desinfectadas 92.041 piezas de ropas pertenecientes a esos individuos.

Este es el estado de la profilaxis en cuanto se refiere a la ciudad de Santiago; también, la Dirección General, se ha enviado a diversas brigadas a diferentes puntos de provincias donde el desarrollo de la epidemia lo exigía. Así, por ejemplo, durante el año se mandaron brigadas sanitarias a Valparaíso, San Carlos, Lautaro, Parral, Chillan, San Javier, Upeo, Rancagua, Quirihue y Collipulli. Debido al esfuerzo desplegado por estas brigadas se logró dominar la epidemia en la mayor parte de estas ciudades. En la actualidad existe un reducido número de tifosos, quedando solamente en Valparaíso, 26 enfermos, 12 convalecientes; en San Carlos, 15 enfermos; Parral, 15 enfermos, 12 convalecientes; y en Collipulli, 27 enfermos y 14 convalecientes.

En Santiago, que fue donde la epidemia de tifo exantemático azotó con mayor fuerza y que alcanzaron a existir en los distintos hospitales de la ciudad, 412 enfermos, también se logró dominar la epidemia debido a la eficaz labor de las brigadas sanitarias dirigidas activamente por el doctor don Osvaldo Díaz Velasco. Al terminar el año hay solamente una existencia de 187 enfermos y 60 convalecientes.

Como dato ilustrativo del desarrollo de la epidemia de tifo exantemático en el año, damos a continuación el siguiente cuadro estadístico.

Como se deja ver, la epidemia azotó con mayor violencia en la parte Sur del país. Según este cuadro oficial, el total de enfermos de tifo exantemático es de 4.184, con 839 defunciones.

De manera que el porcentaje de un 4,9% en la mortalidad, no causó las pérdidas de vidas que podía esperarse de una epidemia, como el tifo exantemático, que necesita una cuidadosa profilaxis para combatirla, y que el país, en la mayor parte de sus ciudades no cuenta con los elementos del caso para ello.

Todos estos datos estadísticos han sido enviados en su debida oportunidad por los Intendentes, Gobernadores y Delegados especiales de la Dirección del los servicios sanitarios, en provincia.

II[2]

La epidemia de viruela que en el año 1921 puede decirse hizo verdaderos estragos, no solamente en Santiago, sino en diversas ciudades y puntos de provincias, no tuvo en 1922 carácter de gravedad. En el primer semestre del año se presentaron en la República 6.160 casos de viruela, con un porcentaje de 2.761 defunciones.

En este último tiempo la epidemia disminuyó debido a un servicio extraordinario de vacunación ordenado por la Dirección General de Sanidad para combatirla en las ciudades afectadas por la epidemia y para prevenirla en otras donde se estimó necesario y en que la mayoría de sus habitantes no estaban vacunados.

Las vacunaciones practicadas por los funcionarios encargados para ello, en el primer semestre del año alcanzaron: vacunaciones 128.277; revacunaciones 508.278; con un total de 636.555 inoculaciones antivariólicas. En el segundo semestre se practicaron, entre vacunaciones y revacunaciones, un número de 249.769 inoculaciones antivariólicas en las diferentes ciudades de la República. Los trabajos de vacunación en el país, según esta estadística oficial fueron, entonces, 886.324 inoculaciones.

La Oficina Central de Vacunaciones a fin de atender estos trabajos ha distribuido a las diferentes ciudades de la República: 324.027 cas de virus y 6.805 tubos que dan una capacidad de 2.553.037 inoculaciones.

También se han enviado brigadas sanitarias, durante este proceso para combatir esta epidemia a las siguientes ciudades de la República: Valparaíso, Concepción, Curanipe, Los Sauces, Loncoche, Mulchén, Nogales, Chépica y Coelemu, las que desplegaron una gran labor, y debido a ello se pudo extinguir la viruela. Actualmente quedan en Valparaíso 58 enfermos y 27 convalecientes; Curicó, 20 enfermos; Chépica, 3 enfermos; Concepción, 3 enfermos.

III

Durante el año 1922 los laboratorios del Instituto de Higiene han practicado 2.569 análisis (…) y bacteriológicos, correspondientes a diferentes enfermedades.

IV

Considerando el enorme incremento que ha tomado la población de Santiago y el hecho de que hay una sola oficina de desinfección, se hace necesario dejar constancia del trabajo pesado que ha tenido que soportar en el año que termina, este establecimiento.

Se hicieron 3.017 desinfecciones correspondientes a enfermedades como viruela, difteria, tuberculosis, fiebre tifoidea, escarlatina, alfombrilla, neumonía, cáncer, tifo exantemático, coqueluche, etc.

Por las desinfecciones hechas constata que la enfermedad que causa más estragos es la tuberculosis, pues solo ella tienen 584 de infecciones durante el año.

El número de objetos desinfectados alcanza a 361.178; las piezas habitaciones desinfectadas a (…) y 50.302 piezas de ropas.

Por el resumen estadístico por supuesto se ve la labor de la Dirección General de Sanidad. (..) acaso ella no ha podido ser completa y eficaz como lo desea la autoridad sanitaria, se debe a la falta absoluta de fondos y la poca cooperación de los Poderes Públicos.

Sobre ese punto, el doctor Corbalán Legarejo nos ha manifestado que es tiempo que se de a los servicios sanitarios la importancia que merecen dotándolos de todos los elementos indispensables para atender a la profilaxis de los enfermos, a la desinfección de ropas y habitaciones, etc. Servicios completos de los que no debe carecer nuestro país.

Así mismo, el doctor Díaz Velasco, jefe de la Brigada Sanitaria contra el tifo exantemático en Santiago, nos expone que se encuentra sumamente satisfecho de la actividad desplegada por el personal a sus órdenes, a pesar de que se cuenta con muy pocos medios para combatir esta epidemia. Estos medios se refieren a que en Santiago con una población de (…)mil habitantes, exista una sola Casa de Limpieza, un número merecido de camiones que tiene la Dirección General para el acarreo de ropas al desinfectorio, conducción de desaseados a los baños de la Dirección y hospitalización de los enfermos.

En conclusión y después de la epidemia del Tifus Exantemático declarada entre 1918 y 1920 en Chile, el periódico La Nación aún daba cuenta de los estragos que significaba en 1922 para el mundo sanitario.

Por Itshel Rabi Mourguet


[1] Sánchez Delgado, Seiwerth, Abarzúa (2021) Las Casas de Limpieza: Antecedentes y funcionamiento en la epidemia de Tifus Exantemático en Chile a inicios de la década de 1930. Historia 396, 11 (1) 327 – 360. Pág. 328.

[2] Como referencia, revisar “La vacunación en Chile (1805-1923)” en https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-545921.html