Vía historiayarqueologia.com
Imagine un año en África en el cual el verano nunca llega. El cielo adquiere un tono gris durante el día y se ilumina de rojo por la noche. Las flores no florecen. Los árboles mueren en el invierno. Los grandes mamíferos como el antílope se vuelven delgados, se mueren de hambre y proporcionan poca grasa a los depredadores (carnívoros y cazadores humanos) que dependen de ellos. Entonces, el mismo ciclo desalentador se repite año tras año. Esta es una imagen de la vida en la Tierra después de la erupción del supervolcán del Monte Toba, en Indonesia, hace unos 74.000 años. Ahora bien, en un artículo publicado esta semana en Nature, los científicos muestran que los primeros humanos modernos de la costa de Sudáfrica prosperaron a lo largo de este evento.