Vía welcomeargentina.com
En estos día ha causado preocupación la actividad que ha tenido el Volcán Copahuea, con una importante fumarola que se detectó y encendió las alarmas de las autoridades, aunque rápidamente se aclaró que la erupción era menor.
Este volcán se encuentra entre la Provincia de Neuquén, Argentina y la Región del Biobío, Chile, donde se levanta una villa que lleva el mismo nombre.
Los aborígenes fueron los primeros que habitaron esta zona, que toma su nombre del volcán Copahue (“lugar de azufre” en la lengua de los mapuches), a cuyos pies se levanta hoy la Villa Copahue. Ellos fueron quienes reconocieron primero la innumerable cantidad de ventajas de sus aguas, que calman dolencias y alivian males. Fue por eso que un médico expatriado en Chile, el Dr. Pedro Ortiz Vélez, en 1870, se acercó al cacique Chenquel para solicitar permiso para trasladar enfermos allí.
La comunidad científica se vio interesada en el fenómeno de las aguas de Copahue y en 1899 se publicó con el nombre de Los baños termales desde Copahue un libro sobre el tema que escribieron dos médicos militares, el Dr. J. M. Cabezón y L. Maciel.
Ya en el 1900, el Dr. Enrique Herrero Ducloux investigó las primeras muestras de agua que fueron extraídas de Copahue para su estudio, y por su parte el ingeniero Lavenier elaboró un detallado informe donde comparaba estas termas con las otras termas del país. Dicho informe, en el que Lavernier ponía énfasis en la calidad de las termas de Copahue, fue presentado al Ministerio de Agricultura para que tomaran en cuenta la importancia de las termas.